Para
nosotras el 1º de mayo debiera ser una jornada obrera y de acción y
reivindicación.
Como obrerxs, y como
organización sindical sabemos que los problemas sociales son también
nuestro problema, el de la clase obrera, de la que tenemos un
concepto que incluye no sólo a quienes tienen un trabajo formal,
sino a cualquier persona que no explota ni oprime a otra y vive de su
propio esfuerzo.
En el marco del primero de
mayo, hay que afrontar diversas temáticas que no tienen porque
ceñirse a lo sindical como la vivienda, la inflación, el cambio
climático, el patriarcado, el desmantelamiento de la atención
sanitaria, el antimilitarismo, las migraciones, la gentrificación de
nuestros barrios, la represión…
Recuperamos el Primero de
Mayo para reivindicar y luchar, no sólo por la mejora de las
condiciones de la Clase Obrera mundial, no sólo por lo que es
razonable… porque la injusticia no admite medias tintas,
componendas ni reformismos: LO QUEREMOS TODO, LO TOMAMOS AHORA:
¡¡VIVA EL
PRIMERO DE MAYO DE LUCHA OBRERA REVOLUCIONARIA!!
El 1º de mayo es festivo:
«El día del trabajo», nos dicen. Nosotras no estamos de acuerdo,
vamos a ver lo que significa este día en realidad:
La cosa viene de hace casi
140 años y tiene que ver con la jornada laboral de 8 horas, y con la
solidaridad.
En el S. XIX y XX las
trabajadoras se organizaban para mejorar sus condiciones de vida; no
se limitaban a pedir que se cumpliera la ley, pedían lo que
consideraban justo: poder disfrutar de una vida que no fuera miseria
y trabajo. Una de las reivindicaciones más extendidas exigía la
jornada laboral de 8 horas, así el 1º de mayo de 1886, en EE. UU.,
se convocó una huelga que pretendía forzar a gobiernos y patrones a
establecer definitivamente y para todas la jornada de 8 horas.
Chicago era uno de los
sitios donde las condiciones laborales eran peores y fue donde los
enfrentamientos fueron más duros, las jornadas de protesta se
prolongaron y hubo muchas muertes. Se encarceló a cientos de
personas trabajadoras y, en un juicio más que dudoso, la represión
se cebó con 8 trabajadores anarquistas, de los que cinco fueron
ejecutados más de un año después. Pero antes, y a resultas de la
huelga, muchas patronales se vieron forzadas a aceptar la jornada de
8 horas, el éxito no fue total, pero fue un gran avance, la noticia
corrió por todo el mundo y también la indignación ante la cruel
represión; la mecha prendió y el 1º de mayo se convirtió en el
día de lucha obrera.
Así que no, el 1º
de mayo no es la fiesta del trabajo ni de las trabajadoras, es el día
de la lucha obrera. Es el día en que recordamos a quienes lucharon
por una sociedad más justa, el día en que recordamos que todas las
mejoras en las condiciones de vida de las trabajadoras se han
conseguido luchando y han costado muchas vidas.
No podemos dejar de sentir
vergüenza viendo cómo hemos perdido nuestra capacidad de lucha y
permanecemos casi impasibles ante los más que evidentes retrocesos
en nuestras condiciones de vida.
Vergüenza infinita viendo
cómo la solidaridad ha desaparecido de nuestras sociedades,
impasibles ante la muerte de miles de personas en las fronteras, o en
las guerras impulsadas por la depredación capitalista. Impasibles
ante la evidente destrucción del medio ambiente del que
depende
la existencia de todas.
Las cosas van mal y van a
ir peor. Urge sacudirnos el polvo de la gran mentira de la clase
media. Urge dejar de confiar en parlamentos y leyes que, en el mejor
de los casos, parchean malamente los problemas de las personas
pobres, mientras usan todos los recursos cuando se trata de los
de
las personas ricas y sus empresas; se rescata antes a bancos
que a personas.
Toca organizarnos,
volver a las calles, a las redes de solidaridad y confianza, perder
el recelo entre pobres y menos pobres y recuperar el odio a los ricos
y sus esbirros. Hay, en resumen, que recordar y poner en práctica
que LA LUCHA ES EL ÚNICO CAMINO.
https://sovmadrid.org/otro-1mayo-cambiemoslo-todo